“La mayor recompensa reside en el cariño y el aprecio de los estudiantes”

Por: Lucía Restrepo

“Gracias Nora por los años de dedicación, no hay palabras para agradecerte” 

La profesora Nora Aguado deja una huella imborrable en el Colegio Bolívar tras 46 años de dedicación y entrega. Despedirla produce gran tristeza. El Bolívar ha sido su segundo hogar desde que tiene 5 años, pues su padre trabajó en el colegio y ella estudió aquí. Su trayectoria dentro de la institución ha sido extensa y enriquecedora, desde sus inicios como monitora hasta su consolidación como una profesora ejemplar. Desde pequeña, Nora quería ser maestra, su pasión por la educación se vio alimentada por su entorno familiar  donde solía jugar a ser profesora, organizaba y dirigía a sus hermanos. 

Entre los recuerdos más preciados de su carrera, Nora destaca la historia de una estudiante que la marcó profundamente. Esta niña, quien ahora es madre, le pegó con una lonchera al motorista y este solicitó que alguien fuera en el bus con los conductores para cuidar a los niños, ahí fue cuando Nora se vinculó como monitora pudiendo demostrar su capacidad e interés por los alumnos, después pasó a ser maestra, y allí lleva 36 años. Reconoce que la mayor recompensa de su profesión reside en el cariño y el aprecio de sus estudiantes, los abrazos, las sonrisas y las palabras de afecto son el motor que la ha impulsado tantos años a dedicar su vida, la enseñanza y formación. Cree que si se hubiera dedicado a otra profesión no hubiera durado tantos años.

Durante sus años de labor, ha presenciado la evolución de la educación y el comportamiento de los niños. Reconoce que la tecnología ha traído consigo mejoras que han impactado las estrategias pedagógicas, haciéndola crecer profesionalmente. Ha tomado diversos cursos para actualizarse e intenta mantenerse al tanto de todo lo nuevo para poder brindarle a sus estudiantes la mejor educación posible. 

Entre los planes que tiene para su retiro, está el de visitar a su hijo Diego en Canadá, anhela pasar tiempo con sus nietas, tiempo en familia. Asegura que seguirá conectada con el colegio y promete visitarnos con frecuencia. 

Nora se despide del colegio con agradecimiento y nostalgia. Extrañará la amabilidad de sus estudiantes, compañeros y, en general, la calidez de la Comunidad Bolívar. Se lleva consigo los recuerdos más preciados y la satisfacción de haber dedicado su vida a una profesión que le ha traído tanta alegría.