En la clase de ciencias de sexto grado del Colegio Bolívar, nuestros estudiantes han asumido el emocionante reto de investigar cómo los seres humanos percibimos imágenes desde diferentes ángulos. Para ello, han estado explorando el fenómeno de la visión utilizando un espejo de dos caras, pero recientemente su aprendizaje a un nivel completamente nuevo: diseccionaron el ojo de una vaca.

El objetivo de esta actividad práctica fue descubrir cómo la anatomía ocular transforma las ondas de luz en señales sensoriales eléctricas, las cuales luego viajan al cerebro a través de una compleja red de “cableado” nervioso. Al observar el lente, la córnea, el iris y el nervio óptico en su contexto real, los estudiantes obtuvieron una comprensión profunda de los procesos internos que permiten la visión humana y animal.

Durante la actividad, los alumnos no solo estudiaron la estructura del ojo, sino que también pudieron discutir cómo la percepción visual cambia dependiendo de la posición del observador y del tipo de superficie reflectante. Este tipo de experiencias son fundamentales para que los jóvenes comprendan cómo la ciencia conecta conceptos teóricos con aplicaciones prácticas, desarrollando su curiosidad y espíritu de investigación.

Con cada nuevo descubrimiento, nuestros futuros científicos están un paso más cerca de descifrar el misterio de cómo nuestro cerebro interpreta el mundo que nos rodea. Esta experiencia no solo reforzó sus habilidades de investigación y observación, sino que también encendió en ellos una chispa de asombro y fascinación por el mundo de la ciencia. 

¡Esto es aprendizaje más profundo y así es como creamos junto el futuro!