El aprendizaje cobra vida a través de la imaginación, la investigación y el juego en los grupos de Kínder 4A. Este año, los niños emprendieron una aventura con el tema de los animales, que comenzó con una historia sobre cómo los humanos, en sus inicios como nómadas, domesticaron animales por necesidad. Así, los pequeños empezaron a comprender que los animales pueden ser clasificados por diferentes categorías, dependiendo si son salvajes, domésticos, de granja, ovíparos, vivíparos, cuadrúpedos, bípedos, etc. Esta enriquecedora actividad fue liderada por las profesoras Natalia Valencia y Yumedis Rendón, quienes guiaron a los niños en este viaje de descubrimiento y aprendizaje.

Cada niño eligió un animal: podía ser su favorito o uno del que quisieran saber más, para luego dibujarlo como lo imaginaban. Lo importante era despertar la curiosidad y fomentar el deseo de aprender. “¿Tu animal tiene alas, cuatro patas, tres ojos? Entonces dibújalo tal cual”, los animaban las profesoras. Para inspirar a los niños, se apagaron las luces, se puso música suave e inició el momento de pensar y crear.

Después de este primer acercamiento, se profundizó el conocimiento con libros, cuentos y videos, para luego realizar una reedición más apegada a la realidad del primer dibujo que hicieron. El aprendizaje se volvió transversal: desde la biología hasta el lenguaje. Los niños aprendieron a diferenciar animales reales de personajes de fantasía, a contar y a clasificar, y, poco a poco, comenzaron a expresar lo que sabían, fortaleciendo también sus habilidades de lectoescritura al describir su animal con lo que han aprendido de las diferentes categorías.

Este proyecto, que mezcla imaginación y aprendizaje, permite que cada niño explore su entorno, cuestione, descubra y comparta. Es una muestra clara de cómo se siembran las semillas del aprendizaje significativo desde los primeros años, cultivando no solo conocimientos, sino también la capacidad de pensar, crear y comunicar.