“A pesar de que la vida tenga muchos ups and downs sigan creyendo en sí mismos”
Por: Valentina Hernández y Manuela Cardona
Con una trayectoria de 25 años trabajando en el Colegio Bolívar, la profesora Adriana Rodas (Kínder 4), ha dejado una huella permanente en la comunidad. Su amor y pasión por enseñar se reflejan en cada acción y, sin duda, su gran compromiso por hacer de la educación un ámbito en donde todos se sientan integrados y respetados.
Su historia nos ha dejado un poco sorprendidas ya que su amor por la educación ha sido desde siempre, desde los 12 años de edad con una compañera del colegio, invitaban a su casa a algunos niños del barrio Terrón Colorado, vecino del lugar en donde ellas vivían, allí les enseñaba mientras su amiga cocinaba; hoy ambas son profesoras.
Su mayor logro radica en respetar los ritmos de aprendizaje de cada niño. Esto lo ha logrado a través de actividades que enganchan a los pequeños, se llaman centers. Pequeños grupos de niños, máximo 5 por estación, trabajando solos en esos espacios, creando su propio conocimiento y ella, como profesora, movilizando ese pensamiento. Estas actividades han sido muy enriquecedoras ya que los pequeños aplican lo aprendido en casa. Además, su ritual de storytime no sólo inspira el amor por la lectura, sino que también crea un ambiente seguro y familiar en el salón.
Adriana expresa que han surgido muchos cambios en la educación a largo plazo, por ejemplo, todo lo que ocurrió a partir de la pandemia: la virtualidad. Siente que la educación ya no depende tanto de los profesores, sino que los estudiantes deben llevar el ritmo de su propio aprendizaje para crecer.
En toda su experiencia a largo de su carrera ha tocado demasiados corazones, no solo a los de los niños, también a padres de familia e incluso a sus colegas, “es impresionante ver como niños que fueron mis estudiantes desde los 4 años ya se graduaron y reflejan los valores que se vienen trabajando desde kinder”. Su recomendación para los futuros profesores de k4 y k5 siempre va a ser que conozcan al estudiante de una manera en la que respeten su proceso de aprendizaje y lo acompañen en todo momento.
Por otro lado, su deseo de seguir involucrada en la educación perdurará, ya que su mayor anhelo al dejar el Colegio Bolívar es continuar con una labor social que impactará el bienestar de una comunidad. El mensaje que la profesora quiere dejar a sus estudiantes y a sus compañeros es “que a pesar de que la vida tenga muchos ups and downs sigan creyendo en sí mismos, siempre teniendo un objetivo claro para poder llegar a su meta, y que los quiero mucho”.
Sin lugar a dudas, Adriana dejará un legado de respeto, amor y dedicación hacia los niños y sus familias, marcando un antes y un después en la comunidad Bolívar, su carrera profesional está llena de enseñanzas, alegrías, amor y crecimiento personal en los más pequeños.