Los estudiantes de quinto grado de la clase de Ciencias participaron en una experiencia muy significativa para celebrar el Día de la Tierra (22 de abril). Bajo la guía del profesor Ryan Evansen, los niños exploraron el concepto del “Círculo de Control”, una herramienta que, más allá de su uso habitual en la psicología para comprender emociones, fue adaptada para abordar un tema complejo como el cambio climático.

La actividad partió de una premisa clara: cuando se trata del medio ambiente hay muchas cosas fuera del control de los niños como, por ejemplo, las políticas globales, las decisiones de grandes industrias o la deforestación masiva, pero también hay muchas que sí pueden controlar en su cotidianidad. Por esto, los estudiantes trabajaron en parejas para identificar y distinguir esas dos categorías: lo que escapa de sus manos y lo que, incluso desde su edad, pueden ayudar a cambiar.

En vez de realizar un acto simbólico tradicional, como plantar un árbol o recoger basuras, los alumnos fueron un paso más allá: hicieron uso de lo que descubrieron dentro de su Círculo de Control, cada uno creó un compromiso personal con el Planeta, con acciones pequeñas, claras y alcanzables que ellos y sus familias puedan implementar. Desde reducir el uso de plástico hasta apagar luces innecesarias o promover el reciclaje en casa, cada promesa es el reflejo de un genuino propósito por cuidar la Tierra. Estos compromisos, escritos y firmados por los propios estudiantes, ahora decoran la cartelera ubicada en las afueras del salón de 5E.

Con esta actividad, los estudiantes no solo aprendieron sobre el cuidado del medio ambiente, sino también sobre el empoderamiento, la responsabilidad y la esperanza pues, al final, cuidar del Planeta empieza con las decisiones que sí están en nuestras manos en los espacios cotidianos que habitamos.